domingo, 12 de julio de 2009

TAN ROJO COMO UN TOMATE


Algunos se sonrojan por rabia, otros por timidez, ruborizarse desencadena toda una gama de cambios en el organismo que si se descuidan puedan terminar en complejos problemas sicológicos.

¿Pero porque se sonrojan las personas?
Se debe a que los vasos que irrigan la piel se dilatan y la sangre fluye en mayor cantidad y a más velocidad. El enrojecimiento se produce en todo el cuerpo, pero es más evidente en el rostro porque allí se concentra mayor cantidad de vasos que en otras zonas.

El sistema nervioso autónomo juega un papel importante, este se divide en simpático y parasimpático. El simpático actúa en situaciones de estrés, es el que le dice al organismo prepárate, ponte alerta, ataca…, mientras que el sistema parasimpático baja la actividad, le dice tranquilízate, ve mas lento, relájate.

En ocasiones uno prima sobre el otro, si es simpático, el paso de la sangre se constriñe al tiempo que aumenta la frecuencia cardiaca, se aumentan los niveles de adrenalina y naradrenalina en la sangre y esta fluye hacia los órganos centrales como los pulmones o el hígado.

En cambio quien enrojece de furia esta mas preparado para protestar que para otra cosa, pues el sistema parasimpático es el que actúa y neutraliza el simpático, los vasos se dilatan y la sangre fluye a la piel.

Temor al ridículo

No solo de la ira se produce sonrojo, lo mas común es cuando la gente se expone a situaciones que implican cambios repentinos que le generan temor al ridículo, ya sea por timidez o frente a la posibilidad de ser sorprendido o agredido. Cuando la persona se ruboriza se debilita su yo, no sabe que hacer y en la medida en que tarda en resolver la situación, mas se bloquea y se sonroja por mas tiempo.

Para los siquiatras el sonrojo puede deberse a conflictos sicológicos no resueltos y que se agravan cuando se repite con frecuencia y no se establece su causa., esta situación se resuelve mediante el cual el individuo resuelva el episodio que vivió en el pasado. A veces este acondicionamiento es tan crónico o compulsivo que resulta ser imposible descubrir su procedencia y se requiere de drogas que producen constricción o dilatación de los vasos para controlar el rubor. Algunas son similares para tratar fobias, depresiones, y obsesiones.

Tómelo con calma.

Es común sonrojarse ante situaciones ineludibles que representan una contradicción para el individuo, lo importante es que el sonrojo no sea permanente ni altere el normal desempeño de la persona. Cuando se presentan síntomas como sudoración, parálisis, desvanecimiento o tartamudeo no se trata de una vergüenza pasajera, en ese caso y tratándose de algo asociado a la personalidad, es imprescindible someterse a una sicoterapia para hallar su origen. De cualquier forma colorearse es una situación incomoda, que todos quisieran evitar. Lo difícil es conseguirlo, pues entre mas se trata de ocultar, mas se produce y con mayor intensidad. La mejor alternativa en algunos casos es asumir que se la van a subir los colores. Pero si esto no result6a no hay mas remedio que “pasar el oso”.


Momento de debilidad.

Ø El rubor supone una perdida de dominio momentánea sobre si mismo.
Ø Puede ser producido de haber sido ridiculizado en la infancia por padres, maestros, amigos.
Ø La burla es una de las experiencias que mas marca para toda la vida, pues crea temor al rechazo.
Ø Quien se pone colorado y no expresa lo que siente, de niño pudo haber afrontado una constante prohibición para manifestar su opinión.
Ø Es un error pensar que se supera al madurar. De adultos, puedenb ser profesionales que jamase explotan todo su potencial y terminan siendo gente común y corriente y solitaria.


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