domingo, 28 de junio de 2009

La piel de los niños al sol


Tomado con cautela, el sol tiene efectos beneficiosos para el organismo. Pero si lo tomamos en exceso o sin la protección adecuada, puede causar daños en la piel. Respondemos a las dudas más frecuentes sobre la exposición al sol de los niños.
Es importante controlar el tiempo que los niños están expuestos al sol. Las radiaciones solares son ahora más agresivas que en el pasado, debido, entre otras causas, al agujero en la capa de ozono y a la disminución de su grosor.
¿Los bebés pequeños pueden tomar el sol?
Se desaconseja exponer al sol a los bebés menores de seis meses, porque su piel es muy sensible y aún no ha desarrollado plenamente su capacidad para segregar melanina, el pigmento que la protege. Estos bebés se queman y se deshidratan con mucha facilidad, y además todavía no es conveniente aplicarles crema solar.
A partir del sexto mes de vida sí pueden exponerse al sol, pero solo por poco tiempo y, por supuesto, bien protegidos, con una crema solar con factor de protección elevado y fuera de las horas centrales del día.
¿Cuál es la crema solar más adecuada?
A partir del sexto mes de vida la piel de los niños se debe proteger con una crema solar. Los productos específicos para niños llevan filtros físicos minerales que les protegen frente a los rayos UVA, UVB e infrarrojos, y además son resistentes al agua, a los roces, al cloro y la transpiración.
Elige una crema solar hipoalergénica, que haya sido testada bajo control pediátrico y dermatológico, sin colorantes ni perfumes. También debe incluir ingredientes calmantes y nutritivos, como la vitamina E y extractos de aloe vera y de avena.
¿Qué índice de protección se debe utilizar?
Un factor de protección 25 es suficiente para los niños de piel morena y superior a 30 para los niños rubios y muy blancos. Si el pequeño tiene la piel sensible, necesita un fotoprotector especial y además debe llevar un gorro y una camiseta incluso cuando se está bañando.
Pregunta al dermatólogo o, si no es posible, al pediatra o al farmacéutico cuál es la protección más adecuada para la piel del niño.
¿Cómo se aplica el fotoprotector?
Para garantizar la eficacia del protector solar, hay que aplicarlo al menos media hora antes de la exposición. Solo así la piel tiene tiempo de absorberlo y de estar perfectamente protegida frente a las radiaciones solares. La cantidad de producto debe ser abundante: nunca inferior a 20 ml de crema para todo el cuerpo.
¿Hay que insistir en algunas zonas del cuerpo?
En niños y sobre todo en bebés, el cuero cabelludo y la nuca, las orejas, los pómulos, la nariz, los hombros, la zona superior de los muslos, la planta de los pies y el empeine son zonas más propensas a las quemaduras. A la hora de aplicar la crema solar, incide sobre ellas o incluso aplica una crema con pantalla total.
En los bebés evita que les dé el sol directo, protegiéndoles con gorro, camiseta, pantalón y sandalias en la playa y en el paseo diario.
¿Cada cuánto tiempo se repite la aplicación?
Como mínimo cada dos horas, antes incluso si el niño está haciendo mucho ejercicio o sudando abundantemente y después de cada baño, aunque la crema sea resistente al agua y de muy alta protección.
¿Necesita crema el niño si no hace sol o está bajo la sombrilla?
Al aire libre los niños siempre deben llevar crema solar. Las sombrillas, las nubes e incluso la sombra de los árboles no ofrecen la protección suficiente frente a la acción del sol, ya que filtran las radiaciones infrarrojas pero no los rayos ultravioleta, que además se reflejan en la arena.
¿Y si está dentro del agua?
También necesita estar protegido. Al igual que ocurre con las nubes, el agua elimina la sensación de calor, pero no filtra los rayos ultravioleta. De hecho, los niños de piel muy sensible no deben permanecer mucho tiempo cerca del agua, porque los rayos solares se reflejan en ella y aumenta la posibilidad de insolación.
¿Qué pasa si el niño se resiste?
Distraerle, contarle un cuento o irle explicando cómo y por qué se le da esa crema suelen ser medidas efectivas cuando el niño no consiente que se la apliquen. En estos casos, los productos con pantalla física, que dejan una capa blanca sobre la piel, son muy útiles para asegurarse de que se ha protegido todo el cuerpo.
¿Se puede usar una crema de adultos?
Es preferible aplicar al niño y al bebé un producto estudiado para la piel infantil. Pero en caso de necesidad, no pasa nada por ponerle una de adultos.
¿Y una del año anterior?
No se debe usar una crema empezada del verano anterior, ya que el paso del tiempo, el calor y la luz pueden degradar los filtros que contiene y no resultar eficaces para la protección de la piel. De todas formas, una vez se abren las cremas tienen una duración limitada que se especifica en el envase con un símbolo.
¿Qué cuidados necesita la piel infantil después de la exposición al sol?
Es bueno bañar al niño o darle una ducha templada para quitar la sal o el cloro de su piel, y aplicarle una crema que hidrate su piel y repare los posibles daños producidos por el sol.
¿Se les puede poner un after sun de adultos?
Muchas hidratantes de adultos se pueden emplear también en niños. Sin embargo, los after sun para niños reúnen una serie de ventajas: su textura es ligera, son fáciles de extender, se pueden utilizar en cara y cuerpo, la piel los absorbe rápidamente, no suelen causar alergia y tienen ingredientes calmantes y refrescantes, como pantenol, aceite de almendras y glicerina.
¿Los niños deben llevar gafas de sol?
Se aconseja que usen gafas de sol en las zonas en las que la radiación solar es más intensa, como las playas de arena blanca.
Hay que elegir unas adaptadas a su cara, que se ajusten a la cabeza mediante cintas elásticas cuando son bebés. Además, deben bloquear al menos el 99 por ciento de los rayos UVA y UVB, con monturas irrompibles y fabricadas con materiales atóxicos y antialérgicos. Lo mejor es adquirirlas en ópticas o establecimientos de confianza.
¿Las cremas solares con productos antimedusas o antimosquitos son eficaces?
Las cremas que incluyen un efecto protector contra las picaduras de medusas y otras especies marinas o repelentes contra los insectos son igual de eficaces que las convencionales si se aplican debidamente y siguiendo las indicaciones del laboratorio.
¿Cuál es la mejor hora para tomar el sol?
Las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Hay que evitar las horas centrales del día: entre las 11 y las 16, que es cuando los rayos caen de forma vertical y son más peligrosos.
¿Hay que ponerles siempre gorro y camiseta?
Los niños nunca deben exponerse directamente al sol, de ahí que los gorros y camisetas sean imprescindibles siempre que vayan a estar expuestos durante un periodo prolongado de tiempo.
Las camisetas deben ser de tejidos frescos, como el algodón, los gorros preferiblemente de ala ancha. Estas prendas pueden bloquear hasta el 97% de los rayos UVB que recibe el niño.
Pasados los primeros meses de vida, ¿se puede bajar la guardia?
En absoluto. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Boston demostró que los niños se queman más durante el segundo año de vida, cuando la protección frente al sol comienza a decaer debido, en gran medida, a que los padres se relajan en la aplicación de cremas solares y se preocupan menos si el niño se quita el sombrero o la camiseta o no juega a la sombra.

¿Cuánto peso debe ganar el bebé cada mes?




Las mamás se alegran si el pediatra les dice que su bebé está engordando a buen ritmo y se preocupan si no llega a la media. Y es que el aumento o pérdida considerable de peso suele ser indicativo de salud. Hemos aunado criterios pediátricos para despejar dudas sobre qué variaciones de peso se consideran correctas.

Recién nacido
El margen de normalidad del peso del recién nacido es amplio: entre los 2,5 y los 4 kilos (por debajo y por encima de estas cifras, pueden necesitar cuidados especiales).
El peso medio de los bebés nacidos a término se sitúa entre los 3 y los 3,5 kilos. Sin embargo, la expresión "peso medio" se fundamenta en un cálculo general y no hay que asustarse si nuestro pequeño lo supera un poco o se queda algo corto (las niñas suelen pesar unos gramos menos que los niños).
Tres o cuatro días después del nacimiento, el niño pesará menos. Les ocurre a todos los bebés porque expulsan la orina y el meconio acumulados durante la gestación. Esta pérdida puede representar hasta un 5 ó 10 por ciento del peso total. Salvo que el pediatra opine lo contrario, no hay por qué preocuparse (suelen recuperarlo enseguida).
Primeros meses
Según la regla general, durante el primer semestre ganan unos 600 gramos al mes y durante el primer año suelen crecer 25 cm. Entre los cero y los doce meses se produce el mayor índice de crecimiento de toda la vida.
Sin embargo, en la práctica, la realidad depara muchas sorpresas: a veces a los niños les da por aumentar 350 gramos en solo siete días y los siete siguientes ganan solo 100.
La lactancia o la producción de leche no tiene nada que ver en estas oscilaciones. Los niños no engordan de forma constante, sino con altibajos. Por esa razón se recomienda pesarlos una vez al mes y no por semanas. Así que no hay que preocuparse.
Y si toma biberón, hay que cuidarse mucho de no forzar al bebé para que se lo termine entero: ellos paran cuando están saciados.
Hay que respetar al pie de la letra las indicaciones de preparación de la leche en polvo. Resulta contraproducente pasarnos con el agua o la leche en polvo porque corremos el riesgo de que el crío ingiera una cantidad de grasas, proteínas, etc. inadecuada para su organismo o de que se alimente de forma insuficiente.
A partir del sexto mes
Entre los seis y los doce meses, los bebés suelen ganar unos 500 gramos al mes.
Se recomienda empezar a variar su dieta hacia los seis meses. La Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría y su homóloga norteamericana recomiendan alimentar al bebé solo con leche hasta el sexto mes, a no ser que el especialista ordene lo contrario.
Es importantísimo seguir el orden de introducción que indique el pediatra y no adelantarnos nunca. El médico es la persona indicada para establecer qué sólidos puede tomar el niño y en qué mes pueden incorporarse a su dieta.
A veces a los pequeños les cuesta aceptar los nuevos sabores. Para que este rechazo no afecte a su peso, es conveniente introducirlos muy poco a poco, sin reducir drásticamente el número de tomas o biberones.
Lo mejor es incluir los alimentos de uno en uno, en pequeñas cantidades y espaciándolos entre sí una semana como mínimo. Así, si alguno produce reacciones alérgicas al bebé, sabremos exactamente cuál ha sido y podremos eliminarlo de su dieta inmediatamente.

¿CUANDO ES MÁS CONVENIENTE SER PADRE?



Es una pregunta que por sí sola obliga a reflexionar, pero que tiene muchas respuestas. No es cuestión de casarse, sino de tener aptitud y convencimiento para tomar la decisión. Ser padre supone un compromiso mayor o, por lo menos, distinto del que se tiene con la pareja. Es una responsabilidad para toda la vida, más que la de casarse o tener pareja, porque en definitiva ésta puede disolverse y establecerse con otra persona o no. Pero la relación con un hijo es para siempre , sostiene el sicólogo Leonidas Castro Phd. en sicología clínica de la universidad de Nueva York. Cuándo ser papá? La respuesta es: cuando se esté preparado. Parece obvia, pero no lo es . Y para saber cuál es ese momento esto explica el especialista:

Quemar etapas
  1. * Debe contarse con una relación de pareja estable, porque cuando dos se casan muchas veces experimentan dificultades que requieren ajustes।
  2. Un buen momento es cuando se ha contado con la preparación a través de charlas o talleres que ofrecen clínicas u otras instituciones para los padres।
  3. Se requiere estabilidad económica, personal y profesional। No se trata de y tener todo resuelto, pero hay necesidades mínimas que el padre debe suplir y debe esta en condiciones de hacerlo.
  4. En medio de un conflicto matrimonial no es buena idea, muchas veces se supone que esto lo va a resolver pero es falso, y una familia que no funcione bien repercute en el desarrollo del bebe।
  5. Puede que a los veinte años se tenga estabilidad financiera pero no personal, hay etapas que quemar, conocer amigos, una carrera, y personas útiles para el desarrollo de la profesión, otras relaciones primarias que permiten seleccionar una pareja mas estable y duradera, la convivencia y luego si los hijos. No conviene saltar de la adolescencia a la paternidad.
    ¿A los 20, 30 ,40?
  • Desde el punto de vista de la edad de los 25 a los 30 seria la mejor edad। En el momento en que el padre tenga 40 su hijo tendrá 16 y 20,lo cual permite que haya empatía, es decir la posibilidad de que exista un dialogo y no una distancia generacional tan marcada, y además se compartan aficiones e intereses.
  • Por ser menor la diferencia de edades, en el momento en que el hijo se independice económicamente, su padre que seguramente ya contará con una estabilidad económica adecuada, podrá librarse de preocupaciones, su hijo no dependerá de el cuando sea anciano y las presiones y preocupaciones no le impedirán disfrutar de su vejez y pensión।
  • pero si se trata de un equilibrio emocional, es mejor a los 40, cuando hay estabilidad económica, realización profesional y laboral y la vida transcurre más calmada para pensar en la crianza।

Pero definitivamente si un hombre quiere compartir con sus hijos, vivir situaciones que los unan, ser su amigo y ser abuelo de sus nietos y no de sus hijos, de los 25 a 30 es el mejor momento y si se cuenta con recursos mejor, pues el hijo podrá percatarse del esfuerzo de su padre o madre por sacarle adelante y los valorara mas.